Las necesidades humanitarias crecieron el 2021 en el noroeste y otras partes del país. Pese a que la violencia disminuyó respecto a años anteriores, los civiles siguen en peligro por enfrentamientos entre partes en conflicto, municiones sin detonar y explosivos improvisados que ponen en riesgo la vida de miles de niños. Mientras aumentan los desplazamientos masivos, la economía decae, escasean los combustibles y sube el precio de la canasta básica, acrecentando la malnutrición. El Covid-19 dificulta las inmunizaciones de rutina, en un año con limitadas precipitaciones, situación que afectó a 4,5 millones de personas.
Los efectos acumulativos de una década de conflicto, el empeoramiento de las condiciones económicas, el daño a las instalaciones de aprendizaje, la pandemia, el matrimonio y trabajo infantil han dejado a 2,5 millones de niños sin clases. En medio de este crítico escenario, tu apoyo nos ha permitido seguir trabajando incansablemente para entregar ayuda transfronteriza y asistencia humanitaria, llegando a 7,3 millones de niños y niñas de áreas inaccesibles o severamente afectadas.