La permanente interrupción de los servicios esenciales se ha visto agravada en el continente por el aumento de los casos de Covid-19, los brotes de ébola en Guinea -que pusieron en riesgo a 40 millones de niños, niñas y adolescentes de países limítrofes-, y la insurgencia de grupos armados.
En este escenario, se dificultó la tarea de los trabajadores comunitarios de la salud que desarrollan labores de detección y tratamiento de la desnutrición en niños pequeños, justo cuando ha aumentado la emaciación -una forma de malnutrición potencialmente mortal-, debido a la pandemia y los problemas de seguridad alimentaria que se agravan en territorios de acogida de refugiados.
Con tu ayuda, pudimos reforzar la coordinación gubernamental, realizando talleres, rondas y otras actividades que permitieron tratar a miles de niños que sufrían desnutrición aguda y, así, salvar sus vidas.